El enésimo capítulo en la larga historia de la limpieza étnica de Palestina

Ya llevamos una semana desde el inicio del enésimo capítulo en la historia de la limpieza étnica de Palestina por parte del gobierno sionista israelí.

Mientras en Gaza caen bombas y ya hay más de 185 palestinos muertos y mil heridos, en Cisjordania continúan los arrestos y la represión de cualquier muestra de protesta contra lo que está pasando. Lunes 14 a la madrugada el ejército israelí ha muerto un palestino cerca de Hebrón: Munir Ahmad Badarin, de 22 años. Le dispararon dos veces y, como hacen a menudo, no ha dejado que recibiera asistencia médica hasta más tarde, cuando ya no había nada que hacer. Entre los israelíes no hay ninguna muerte causada directamente por cohetes procedentes de Gaza.

Hace un rato algunas agencias han informado de lo que parece un intento de Egipto de establecer un alto el fuego entre Israel y Hamas que comenzaría martes 15 a las 9 de la mañana hora local. De momento, ninguna de las dos partes ha respondido. A juzgar por otras veces, es muy probable que esta noche los ataques israelíes en Gaza se intensifiquen. Las condiciones del acuerdo, como siempre, se quedan muy cortas. Cabe recordar que desde que al-Sisi está en el poder, Egipto ha cerrado reiteradamente la frontera de Egipto con Gaza (el paso de Rafah) y ha participado activamente en la destrucción de los túneles que unen los dos territorios y que los gazawis usan para sobrevivir el ahogo del sitio en el que viven desde 2007. Israel mientrastanto se frota las manos.

Las historias que se oyen desde Gaza pone los pelos de punta. El 80% de las víctimas son civiles, entre ellos un 21% de niños. Cualquiera de las criaturas de 7 años que viven en Gaza ya han vivido 3 bombardeos. Han muerto familias enteras, hasta 20 miembros de una misma familia aniquilados en un mismo ataque. Muchas de las que tienen más suerte explican que se quedan juntos en una misma habitación para morir juntos en caso de que los ataquen. Hay cerca de un millar de casas destrozadas o severamente afectadas. El número de desplazados crece en una población el 80% de la cual es refugiada. Israel bombardea las 24 horas del día por tierra (de momento desde fuera), mar y aire, y lo hace aún más intensamente de noche. La gente está agotada de cansancio y los hospitales falta de todo. Aunque la retórica del ejército, como siempre hay ataques deliberados e indiscriminados contra casas y zonas residenciales, hospitales, escuelas, estructuras básicas de agua y electricidad,… No son la excepción sino la regla. Y todo esto ocurre en una zona donde antes de que comenzara esta última escalada militar, el 90% del agua ya estaba contaminada y en muchos lugares la población estaba sujeta a hasta 12 horas consecutivas sin electricidad.

En Israel la gente se queja del gran peligro que corren por culpa de los cohetes procedientes de Gaza y los medios nos bombardean con imágenes de gente que al oír las alarmas anti-aéreas corren hacia los refugios. Pero también en Israel hay quien no tiene donde esconderse: cientos de solicitantes de asilo no han recibido instrucciones de seguridad por parte de las autoridades israelíes. De hecho, estos tampoco cuentan como humanos según la lógica sionista. Muchos de los que sí las han recibido, por otra parte, están más pendientes de hacerse selfies y colgarlas en el Facebook que de los cohetes en sí.

Mahmoud Abbas, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, sigue mayoritariamente en silencio. Y es mejor, porque cada vez que abre la boca es para hacerle el juego a Israel. Como puede condenar la masacre de Gaza al tiempo que reitera el acuerdo 100% de la Autoridad Palestina con Israel en temas de seguridad? De vez en cuando, ante la desesperación de los palestinos, anuncia que la ANP está planteando pedir la entrada a varias organizaciones internacionales, entre ellas la Corte Penal Internacional en La Haya. Es su amada vía diplomática”, que no hace falta decir no ha aportado ninguna mejora para la población palestina. Mientras decide si firmar o no firmar los papeles, las bombas siguen cayendo sobre Gaza y el ejército israelí sigue reprimiendo a Cisjordania.

El discurso de Abbas contrasta con el de Khaled Meshal, el líder de Hamas. Desde Qatar, Mashal afirmó que los palestinos no seguirán viviendo bajo ocupación militar y ha recordado que el objetivo del gobierno israelí es cargarse el gobierno de unidad nacional palestino que se presentó en público el pasado 2 de junio. Dijo que Netanyahu se esfuerza por descontextualizar lo que está pasando y sitúa el inicio de los hechos en el secuestro de los tres jóvenes israelíes, como si la ocupación, los asentamientos en Cisjordania y el cerco a Gaza no constituyera una descarada violación de los derechos los palestinos. Meshal ha apelado a las fuerzas de seguridad palestinas de la ANP a levantarse por su país y por sus derechos. Pero de momento aquí sólo las hemos visto levantarse para reprimir las protestas de los propios palestinos, y las hemos dejado de ver (como ya es habitual) para dar entrada al ejército israelí para reprimir aún más fuerte. Tan bonita colaboración es el resultado del acuerdo en seguridad del que Abbas tanto se congratula.

El gobierno israelí con Netanyahu al frente sigue vomitando consignas, las mismas que usaron en 2008 y 2012. Es como vivir en un dejavú constante. Que si ningún país aceptaría los constantes ataques hacia su territorio; que si Hamas es culpable de todos los males del mundo; que si es una organización terrorista que quiere destruir Israel; que si utiliza a civiles palestinos como esculto humanos; que si por lo tanto es el único culpable de las muertes civiles en Gaza … Si no fuera porque sus afirmaciones matan tanto como las bombas, si no fuera por el enorme sufrimiento humano que crean, sería para echarse a reír y no parar. La clave es descontextualizar lo que está pasando, contar el cuento de los cohetes de generación espontánea, no mencionar el empleo criminal a la que está sujeta Palestina, crear odio y pánico, reforzar la falsa identidad de víctima de los ocupantes.

El resultado? El racismo en Israel se sitúa a niveles estratosféricos. La inmensa mayoría de los israelíes defienden la masacre de Gaza y los pocos que no lo hacen y salen a la calle a mostrar su repulsa son atacados por otros israelíes ciegos de odio. Mucha gente pide que empiece la ofensiva terrestre dentro de Gaza, aunque se sabe que multiplicará las víctimas, también en el bando israelí. Duele ver la deshumanización brutal de las vidas palestinas por parte de Israel. Pero no sorprende es imposible llevar a cabo una limpieza étnica contra quien consideras humano.

Entre todo esto poco se ha dicho del décimo aniversario del pronunciamiento de la Corte Penal Internacional contra el muro del apartheid que separa Cisjordania e Israel. Os dejo este video por si quieres saber más.

Speak out!